El 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, se reivindica la igualdad de género, un reto en el que muchas sociedades continúan avanzando, pero en el que queda mucho por hacer, sobre todo en algunos países.
A la vez que ocurren estos avances en derechos sociales, la igualdad también se aplican a la estética de moda, ya que ésta ha estado tradicionalmente marcada por las diferentes construcciones sociales con sesgo de género.
Hoy voy a hablarte de la moda genderless. Un moda que ha llegado para quedarse y que ayuda a no determinarse dentro de un género, algo que cada día busca más génte en más situaciones de la vida, sobre todo a las mujeres en sus looks para el trabajo, por razones evidentes.
La ropa empezó a utilizarse hace miles de años con dos funciones primordiales: la de protegernos de las inclemencias meteorológicas y la de determinar nuestro status.
El mensaje se complicó con el tiempo. La vestimenta lanza mensajes, cuenta al mundo quiénes somos, por usar la moda de una u otra forma.
Desde siempre se ha hecho una gran diferenciación entre la ropa usada por mujeres y la ropa usada por hombres, para marcar grandes diferencias entre las formas de expresarse de hombres y mujeres y que así no hubiera competencia entre géneros.
Sobre todo se ha hecho hincapié en la apariencia que no debes tener si eres de un género u otro.
Sin embargo, la historia ha evolucionado y afortunadamente, en muchas sociedades, cada vez nos diferenciamos menos por género, tanto en forma y en hábitos como en lenguaje. Esto hace que la moda se adapte a las nuevas necesidades de la gente.
¿En qué consiste la moda genderless?
La moda es un ente vivo que evoluciona y cambia con el tiempo, adaptándose a las necesidades de las personas, es decir, habitamos la moda. A través de la moda, la sociedad refleja una forma de pensar y de vivir en cada momento.
La moda genderless es lo que se ha conocido hasta ahora como moda “unisex”. La propuesta de la moda genderless es que cualquier persona independientemente de su identidad de género, pueda llevar cualquier tipo de prenda o accesorio, sin tener que sufrir la estigmatización social.
La moda genderless consiste en prendas creadas para que las pueda lucir todo tipo de personas, caracterizándose por dar plena libertad a las personas para vestirse según su personalidad, preferencias y creatividad. Podemos ver, por ejemplo, a hombres luciendo faldas, vestidos o bolsos y a mujeres con trajes y corbatas.

Utilizar la moda como camino hacia la igualdad
Una de las primeras grandes luchas por la igualdad en lo que a moda se refiere viene dada por el acceso de las mujeres al pantalón o la negativa de algunas a usar corsé.
El uso del pantalón como prenda para las mujeres estuvo prohibido por ley desde la Revolución Francesa. Aunque la norma social empezó a cambiar verdaderamente durante la I Guerra Mundial, ya que las mujeres eran la verdadera fuerza de trabajo en Europa y Estados Unidos. Que las mujeres superaran este desafío social, fue en su día un gran avance para la igualdad de género y para la movilidad de la vida diaria.
Si retrocedemos en el tiempo, hay que recordar que el uso de tacones y de faldas, fueron parte de la vestimenta de los hombres más poderosos en el pasado, como muestra de status. Sin embargo, en el siglo XX, las mujeres se pusieron los pantalones, usando smoking, como pieza elegante, pero sobre todo como una muestra de empoderamiento femenino.
El feminismo también es cosa de hombres
Hace años que hay una intensa lucha social por parte de las mujeres por la igualdad de género. Gran parte del avance se consigue en el momento en el que los hombres se movilizan también.
La moda es sólo un escaparate donde los cambios se hacen visibles contribuyendo a la normalización.
Hay otros ámbitos de la vida en los que la igualdad se gesta en el día a día y queremos contribuir a visibilizarlos. Es el ámbito de los cuidados.
Los cuidados son la madre del cordero de las luchas de género, son el motivo por el que las mujeres hemos sido históricamente relegadas al ámbito doméstico y que con el avance del capitalismo, hemos visto que nuestra remuneración menguaba si nos encargábamos del rol de género impuesto.
Saltó la liebre y ahora ¿quién se hace cargo de los cuidados?
Pues todos, porque también es una satisfacción poder disfrutar de tu familia y saber que la gente que quieres está bien, puedes educar a tus hijos y pasar tiempo de calidad con tu familia.
De repente, las nuevas generaciones ya no están sobrevalorando tanto el trabajo remunerado como su calidad de vida. Porque si tienes que vender tu vida por un salario, quizás no merece la pena alcanzar tanto status.
Todo se equilibra y parece que comenzamos a ver un punto medio en esto de los roles de género.
Por eso triunfa la moda genderless.
