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Todas las niñas y niños de 0 a 18 años cuentan con una ley internacional que les protege: la Convención sobre los Derechos del Niño. Todos los niños y niñas del mundo, bajo este marco, tienen los mismos derechos. Eso quiere decir que los gobiernos, las familias y todas las personas que les rodean deben protegerles y tratarles bien.

La Convención desarrolla un conjunto de derechos para toda la infancia del mundo, sobre la base de cuatro ejes principales: el interés superior del niño, el derecho a la vida, la supervivencia y el desarrollo; la no discriminación y el respeto por la opinión de los niños y niñas.

Los derechos que recoge la Convención sobre los Derechos del Niño son los siguientes:

  • Derecho a tener un nombre, una identidad.
  • Derecho a vivir bien, sin miedo, con las personas que quieren y que les quieren, y el deber de respetar y cuidar a las personas que quieren.
  • Derecho a recibir ayuda cuando enferman, a ir al centro de salud y que les puedan curar, así como el deber de cuidar su cuerpo y comer alimentos sanos.
  • Derecho a ir a la escuela y a aprender muchas cosas.
  • Derecho a que todas las personas les traten bien y que nadie les haga daño. Deben tratar bien a los otros niños y niñas y a todas las personas, porque también es su derecho.
  • Derecho a pasear por bosques y campos llenos de flores y sin basura. Derecho a bañarse en mares y ríos limpios, a respirar aire sano y a beber agua potable.
  • Derecho a decir lo que piensan y que otras personas, niños y adultos, les escuchen. Si otra persona dice algo que no les gusta lo tienen que respetar, porque es su opinión.
  • Derecho a que las madres, los padres, las maestras y los educadores les digan cuando no hacen bien alguna cosa y a que les enseñen a hacerlas mejor.
  • Derecho a hablar su lengua, a participar en las fiestas y costumbres tradicionales, y a que las madres y los padres les enseñen. Además, deben respetar las lenguas y costumbres diferentes a las propias.
  • Derecho a descansar, a jugar, a estar con otros niños y niñas, a reír y a disfrutar de espacios en el campo y en la ciudad.

Además de estos derechos, también tienen deberes, tareas que deben de hacer para que todas las personas puedan vivir bien.

Todo esto, más o menos, es lo que se recoge en la Convención sobre los Derechos del Niño, que busca promover el cumplimiento de los derechos de los niños y niñas en el mundo, cambiando definitivamente la concepción de la infancia. 

La Convención sobre los Derechos del Niño, aprobada el 20 de noviembre de 1989 por la Asamblea General de Naciones Unidas, significó un cambio de paradigma. A partir de entonces, la comunidad internacional reconoció que las personas menores de 18 años necesitan una atención y protección especiales, con respecto a las personas adultas. Anteriormente a la Convención, la perspectiva que se tenía sobre la infancia era muy diferente. A partir de este tratado, niños y niñas ya no se consideran propiedad de sus padres ni beneficiarios indefensos de una obra de caridad; son seres humanos titulares de sus propios derechos.

La Convención se ha consolidado en la mayoría de las legislaturas nacionales y ha servido para motivar a los gobiernos a considerar los derechos de la infancia dentro de los elementos principales de sus programas legislativos.

Los países que han ratificado la Convención, deben enviar informes regularmente al Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas, que los analiza y comenta y anima a los Estados a avanzar.

Aunque casi todos los países del mundo han firmado y ratificado la Declaración de los Derechos del Niño, en muchos casos no se hace lo suficiente para que se cumplan los derechos que en ella se recogen.

En nuestro país y en países cercanos al nuestro, podemos encontrar niños y niñas en situaciones de vulnerabilidad en las que se evidencia que no están gozando de los derechos recogidos en la Declaración. Los estados hacen una parte y allá donde no llegan, está la sociedad civil, pequeñas, medianas y grandes ONG que están realizando un trabajo encomiable para poder atender y apoyar a las poblaciones más vulnerables de la sociedad.

Es el caso de la Asociación Más Movimiento de Acciones Solidarias, dedicada a reforzar el trabajo de ONG locales que atienden a la infancia en el norte de Marruecos. En concreto, entregan donaciones en especie de forma periódica para cumplir con las necesidades de niños y niñas, la mayoría de ellos con discapacidades, cuyas familias no cuentan con recursos económicos para satisfacer. Hablamos de sillas de ruedas, pañales, material escolar y deportivo, e incluso sillas de ruedas.

Ninu Family Bags nace por y para las familias, con vocación social y solidaria; y queremos apoyar el trabajo de la Asociación Más Movimiento de Acciones Solidarias para que puedan ayudar a más niños y niñas a mejorar su calidad de vida al otro lado del mar, en Tetuán (Marruecos). Por ello, entre el 20 de noviembre y el 10 de diciembre, por la compra de cualquier producto de Ninu Family Bags, además de tener un descuento del 4%, donaremos un 4% de tu compra a la Asociación Más Movimiento de Acciones Solidarias.

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Gracias por sumar esfuerzos en pro de la calidad de vida de la infancia.